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Más Abrazos // Martes 24 Marzo, 2020 // #aprendizaje, #crecimiento, #consejos, #maternidad
Los niños no aprenden solos a ir al baño, pues a pesar de que la necesidad fisiológica de orinar y defecar es innata, aprender a hacerlo en un lugar específico es una necesidad social, y todas las conductas sociales se aprenden.
Muchas mamás se preguntan cuándo es el momento indicado para comenzar el entrenamiento para dejar los pañales y si bien cada niño se desarrolla a su propio ritmo, algunos indicadores de que ya está listo pueden los siguientes: que ya canté de memoria una canción sencilla, que te pida agua cuando tiene sed o que haga un berrinche cuando quiere algo. Estos comportamientos nos dicen que ya comprende mejor su entorno y también que ya es capaz de comenzar a regular sus funciones fisiológicas.
Una vez que decidas comenzar el entrenamiento hay dos palabras que no debes olvidar nunca: paciencia y constancia. Paciencia porque debes considerar que prácticamente desde que vino al mundo tu hijo ha usado pañales, de hecho es probable que no haya pasado ningún día de su vida sin ellos, por lo que dejarlos puede no ser tan fácil para él. Siempre ten en mente que estar sin pañales es una experiencia completamente nueva para tu bebé, por lo que necesita todo tu apoyo y optimismo. Tal vez no nos digan muchas cosas, pero los niños perciben nuestras emociones y son muy sensibles a ellas. Si tu hijo siente que lo presionas demasiado, podría dejar de avisarte que tiene ganas de ir al baño y que incluso se resista a hacerlo, lo que le traería problemas, como estreñimiento.
A que todos los seres humanos aprendemos mediante la práctica, y la práctica requiere repetición. No esperes que tu bebé aprenda en tiempo récord a avisarte cuando tenga ganas de ir al baño y a controlar sus esfínteres mientras logras la proeza de llevarlo al sanitario más cercano. Este proceso lleva tiempo y requiere de tu compromiso: no desistas una vez que hayan comenzado, recuerda que, como bien dicen, la práctica hace al maestro.
A veces, cuando se producen acontecimientos importantes en su vida, como el inicio del preescolar o la llegada de un nuevo hermanito, tu hijo puede sentirse estresado y manifestarlo mediante “regresiones”, es decir, volver a orinar o defecar sus calzones a pesar de que ya había aprendido a avisar que tiene que ir al baño.
No te preocupes demasiado si esto pasa, explícale que todos tenemos accidentes y si lo crees necesario puedes volverle a poner pañal por un tiempo, lo importante es que se sienta seguro para que puedan retomar el entrenamiento cuanto antes.
El control de esfínteres es un proceso progresivo. Alrededor de los tres años los niños son capaces de aguantar por poco tiempo las ganas de orinar, pero hasta los 5 años aproximadamente será capaz de controlar este proceso. Así que ya lo sables: paciencia y constancia son la clave para logarlo juntos, ¡y mucho amor, como siempre!
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